Sistema inmunitario: Qué es y cómo fortalecerlo
Tener un sistema inmune fuerte es vital para nuestra salud y para sentirnos bien. Mediante esta sección especializada vamos a tratar todos los puntos a tener en cuenta para que tu sistema inmunitario sea fuerte y te permita vivir con calidad.
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¿Que es el sistema inmunitario?
El sistema inmune o inmunológico es una red de órganos, tejidos y células interconectados que tienen la misión de protegernos ante agentes extraños, de esta manera es posible montar una respuesta de defensa, por ejemplo, frente a un agente infeccioso.
Son varios los sistemas y órganos del cuerpo humano que trabajan para conseguir una respuesta inmunitaria a estos agentes externos. Cada uno de ellos tiene una función específica:
- La piel y las mucosas. Son la primera barrera que protege el organismo de los agentes patógenos.
- Ganglios linfáticos. Ubicados en todo el cuerpo, se localizan de manera más abundante en axilas, cuello, abdomen e ingles. Actúan como filtradores de la linfa, un líquido claro pobre en proteínas y rico en lípidos y glóbulos blancos.
- La médula ósea. Es el tejido en el que se forman los glóbulos rojos y blancos.
- El timo. Se trata de una glándula situada encima del corazón y una de las estructuras inmunológicas más importantes. Tiene la función de sintetizar los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que ayudan a reconocer a los patógenos.
- El bazo. Es una estructura que también forma parte del sistema linfático. Ubicado al lado del páncreas, es el encargado de producir los anticuerpos específicos para cada antígeno.
“Lo que hace el sistema inmune es vigilar y detectar cualquier cosa que pueda hacer daño al organismo, como virus, bacterias u otros agentes. Una vez que lo reconoce, activa un mecanismo de respuesta para atacarlo”
El primer tipo de inmunidad que se desarrolla es la innata, que son principalmente células (macrófagos, células dendríticas y neutrófilos) presentes en áreas de contacto frecuente con agentes extraños (tracto respiratorio y digestivo), y así actúan frente a estos. Es muy eficiente y, en ocasiones, basta con esto solamente.
Sin embargo, otras veces es necesaria la acción de la inmunidad adaptativa, que es específica para determinado agente y es una respuesta más poderosa y especializada que se va desarrollado con los años.
“Se nace con un sistema inmune inmaduro, el que va madurando con los años gracias al contacto con los agentes infecciosos, lo que hace que este sistema cree un repertorio, lo que llamamos memoria inmunológica. Cuando tenemos la primera infección, hacemos un cuadro clínico con síntomas, pero al enfrentarnos por segunda vez a ese agente, y ya estando protegidos, no desarrollamos la enfermedad o el cuadro clínico es mucho menor”.
¿Como saber si tienes las defensas debilitadas?
Cuando el sistema inmunitario se ha debilitado nuestras defensas naturales bajan, y el organismo está más vulnerable a cualquier infección, especialmente de índole respiratorio. Si estas presentando los siguientes síntomas, es posible que tengas las defensas bajas.
- Resfriados difíciles de curar, o muy frecuentes. Aunque es evidente que tener gripe es algo muy común, quienes tienen las defensas bajas suelen resfriarse con mucha más frecuencia. Es posible que un contacto mínimo con alguien los contagie. Además, algunos empeoran su cuadro gripal o les cuesta sanar.
- Cansancio o agotamiento extremo. La fatiga ante actividades de poco esfuerzo físico no es normal. Cuando esto sucede puede ser un indicativo que nuestro cuerpo no está funcionando de forma eficiente.
- Caída del cabello. Aunque esta patología está asociada con otros problemas de salud, es importante que sepas que también se puede experimentar por culpa de un sistema inmunológico débil.
- Aparición de enfermedades como el herpes. Estas molestias suelen aparecer cuando las defensas están bajas.
- Mareos o sangrado de la nariz. No es un síntoma tan frecuente, sin embargo, algunos pacientes lo han experimentado.
- Manchas en la piel. Estas manchas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, lo que incluye el rostro, y ser de color marrón, rojas o blancas.
- Mala cicatrización. Cicatrizar es una función natural del organismo, pero de acuerdo algunos estudios médicos, cuando se debilita el sistema inmune, la cicatrización de heridas suele ser muy lenta.
- Ojos secos
- Alergias
También podemos realizar algunas pruebas en sangre para determinar nuestro estado de salud, las cuales deben ser recomendadas por un especialista, tales como:
- Hemograma
- Ferritina
- Vitamina B12
- Inmunoglobulinas
- Albúmina
- Globulina
¿Cómo fortalecer el sistema inmune?
Un aspecto básico para evitar distintas enfermedades es mantener un sistema de defensas en excelente estado, de esta forma mantenemos fuera del cuerpo a microorganismos como las bacterias, hongos y virus.
Si bien la alimentación es determinante para lograr un sistema inmunológico fortalecido, hay otras situaciones que lo afectan como el estrés y la ansiedad. Ambos pueden afectar la capacidad de nuestro sistema inmunológico y favorecer la aparición o contagio de diversas enfermedades.
Hay aspectos del estilo de vida que pueden afectar la función protectora del sistema inmune, tales como como la falta de actividad física, el consumo de alcohol, ser fumador y tener una alimentación poco o nada saludable.
Los nutrientes que obtenemos a través de los alimentos, cumplen un papel muy importante en el desarrollo y buen estado de nuestro sistema inmune. En el caso de presentarse un déficit o falta de algún nutriente este sistema verá disminuida su capacidad de defendernos.
Algunos nutrientes específicos que debemos consumir con frecuencia para mantener nuestras defensas en buen estado son:
- Cobre: es un antioxidante y contribuye en las funciones de las enzimas digestivas
- Hierro: si sus niveles están por debajo de lo recomendado, disminuye la capacidad de defensa de los glóbulos blancos
- Selenio: potencia la actividad de las células de defensa
- Zinc: cuando no hay suficiente en el organismo, afecta el crecimiento y aumenta la aparición de enfermedades autoinmunes
- Magnesio: a menor consumo del necesario se presenta inflamación y envejecimiento
- Vitamina B6: en caso de déficit hay disminución de glóbulos blancos y respuesta alterada
- Vitamina B12: con niveles por debajo de lo normal se presenta disminución de células de defensa
- Vitamina C: aumenta la capacidad de las células para defender, posee una gran capacidad antioxidante
- Vitamina A: en caso de déficit falla la capacidad de las células de defendernos
- Vitamina E: a menor consumo se deteriora nuestra capacidad inmune, ya que esta vitamina nos protege de infecciones
- Vitamina D: estudios han demostrado una relación entre el déficit de esta vitamina y la incidencia de infecciones respiratorias
Alimentos que fortalecen tu sistema inmunitario
Al alimentarnos de manera equilibrada, el sistema inmunológico estará fortalecido y será capaz tanto de defendernos de virus y bacterias y posiblemente también de disminuir la intensidad de las enfermedades infecciosas que se presenten.
Son muchos los alimentos naturales que pueden ayudar a fortalecer la línea de defensa del organismo. Algunas recomendaciones en este sentido son:
- Incluir en la dieta hierbas naturales y especias como ajo, cebolla, kión, orégano y cúrcuma, ricos en fibras prebióticas y con propiedades antibacterianas y antivirales que ayudan a combatir infecciones respiratorias.
- Consumir alimentos ricos en vitamina A y betacarotenos: Hígado y derivados, los alimentos más ricos en vitamina A, es sin duda el alimento que mayor biodisponibilidad tiene de esta vitamina. Una porción de hígado de cerdo, ternera o vaca superan con creces la cantidad diaria que necesitamos; tomate, zanahoria, papaya, espinacas, etc.
- Alimentos con vitamina C: cítricos (naranja, mandarina, fresas, arándanos), pimientos, brócoli, kiwi, mandarina, limón o lima son los cítricos con mayor contenido de vitamina C, la vitamina fundamental para reforzar las defensas.
- El zinc es clave para nuestro sistema de defensas. Lo podemos encontrar en semillas de calabaza (las puedes incluir en tu avena o ensaladas), frutos secos y menestras.
- Consume alimentos ricos en fibra, un componente muy importante que interviene en la función del sistema inmunitario promoviendo el crecimiento de tu flora bacteriana.
- Yogur, kéfir, kombucha, chucrut y todos los vegetales fermentados: tan ricos en probióticos naturales, para cuidar el aparato digestivo, en el que viven millones de bacterias necesarias para prevenir gripes y resfriados, que es a la vez una forma de potenciar el sistema inmune.
- Berries ( arándanos, frutillas, frambuesas, maqui) porque contienen antioxidantes.
- Pescados azules como el salmón, atún, la trucha, la caballa, las sardinas: la mejor fuente natural de ácidos grasos omega 3 y de vitamina D, junto con el sol, indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune.
- Champiñones: hongos y setas en general son ricos en vitaminas del grupo B, riboflavina y niacina ideales para fortalecer tus defensas.
- Jengibre: contiene propiedades medicinales en abundancia y entre ellas se encuentra la de reforzar el sistema inmunológico.
Factores que afectan a tu sistema inmune
- El estrés: Aliviar el estrés y la ansiedad es clave para la salud inmunológica. Estos estado nerviosos pueden promover la inflamación y fomentar los desequilibrios en la función de las células inmunitarias. Por ejemplo, el estrés psicológico prolongado puede inhibir la respuesta inmunitaria en los niños. Las actividades que pueden ayudarte a manejar el estrés incluyen meditación, ejercicio, yoga y otras prácticas de atención plena. Largos periodos de estrés pueden afectar a nuestro sistema inmune. El estrés hace que el cerebro aumente la producción de cortisol, una hormona que deteriora la función de las células que combaten las infecciones.
- Una dieta rica en grasas saturadas Uno de los hábitos que sin duda pasan más factura a tu organismo. Consumir demasiados productos procesados significa exponernos a un montón de químicos nada saludables, además de estar cargados de grasas saturadas y azúcares añadidos, por lo que ya no solo se resentirá tu sistema inmunológico, sino que también correrás el riesgo de padecer obesidad y ganar unos cuantos kilos de más. A veces, si se consumen en exceso pueden producir inflamaciones crónicas en el cuerpo, lo que también afecta muy negativamente a la función de las defensas.
- No beber suficiente líquido La hidratación no te protegerá necesariamente de gérmenes y virus, pero ayuda a prevenir la deshidratación, un punto importante para la salud y el bienestar de cualquier persona. La deshidratación puede causar dolores de cabeza y dificultar el rendimiento físico; además de intervenir negativamente en la concentración, estado de ánimo, digestión y función cardíaca y renal del paciente. Todas estas complicaciones pueden aumentar la susceptibilidad a ciertas enfermedades. Para prevenir la deshidratación, debes beber suficiente líquido (a poder ser agua) al día para que tu orina sea de color amarillo pálido. También puedes optar por tomar té o algún zumo natural, que también aportan propiedades hidratantes, es preferible el agua porque no contiene azúcar, como ocurre con algunos tés y sumos. Es importante tener en cuenta que los adultos mayores comienzan a perder las ganas de beber, ya que sus cuerpos no indican la sed de manera adecuada. Por ello, las personas mayores necesitan beber agua con regularidad incluso sin tener sed.
- Estar mucho tiempo sentado y no hacer ejercicio puede afectar la capacidad de nuestro organismo de luchar contra las infecciones. Eventualmente, la inactividad puede conducir a deteriorar las funciones de nuestro cuerpo, generando inflamación y otras enfermedades crónicas. El sedentarismo está íntimamente relacionado con enfermedades como el sobrepeso y la diabetes y, por tanto, se cree que influye negativamente en el funcionamiento del sistema inmune.
- No dormir bien o lo suficiente La falta de descanso o la mala calidad de sueño es uno de los factores que más determinan poder sufrir una enfermedad infecciosa en el futuro, ya que puede acabar obstaculizando la capacidad del cuerpo para combatir a los agentes infecciosos. Mientras dormimos liberamos citoquinas, un tipo de moléculas que son primordiales para la función inmunológica, la cual ayuda a hacer frente a los microorganismos. Por tanto, carecer de un descanso reparador puede disminuir la cantidad de esta sustancia en el organismo, así como la de otras células inmunitarias importantes.
Los probióticos ayudan a fortalecer el sistema inmunitario a tres niveles diferentes:
- A nivel microbiológico: Los probióticos tienen el mismo mecanismo de acción que las bacterias de tu microbiota. Es por ello que pueden trabajar juntos para protegerte frente a ataques externos. Esto sirve también para mejorar un proceso infeccioso que ya estés sufriendo.
- A nivel protector: Determinados probióticos protegen y fortalecen las células del intestino contra las agresiones de los patógenos. Esto contribuye a que determinados probióticos ayuden a reparar los daños causados por ellos. En este sentido también se han comprobado propiedades antitumorales.
- A nivel inmunitario: Según la etapa vital, la toma regular de probióticos ayuda al sistema inmunitario. En la infancia, contribuye a su desarrollo, y en personas adultas, ayuda a su correcto mantenimiento. Con ello consigue fortalecer y favorecer el desarrollo de las diferentes bacterias de la microbiota. Esto siempre teniendo en cuenta que deben ser cepas especialmente seleccionadas porque cumplen este propósito. Si lo que buscas es potenciar tus defensas de la manera más eficaz posible, debes buscar aquellos probióticos que tengan cepas seleccionadas y específicas y que estén envueltos en cápsulas que les permitan llegar vivos al intestino. Es por ello que optar por cápsulas de liberación lenta para que lleguen vivos a la microbiota. AQUILEA QBIOTICS BIENESTAR INMUNIDAD 30C
Los suplementos hacen magia, aquí los mejores para reforzar tu sistema inmune
La estimulación del sistema inmunológico es importante para mantener arriba las defensas del cuerpo. Hay quienes buscan soluciones cuando los problemas son demasiado evidentes o cuando ya es demasiado tarde, por eso nos vamos a centrar en la prevención del debilitamiento de las defensas, buscando alternativas que permitan mantener la respuesta inmune en lo más alto.
Una alimentación equilibrada y saludable es primordial para mantener las defensas en forma y estimular así al sistema inmunitario. Además, puedes complementar tu dieta con suplementos alimenticios que ayudan a fortalecer las defensas y favorecen la función normal del sistema inmunológico. No debes esperar a sentirte mal para buscar este tipo de productos naturales, es recomendable tomarlos durante todo el año para sentirte mejor cuando lleguen los meses más fríos y las defensas estén más bajas.
El poder de la vitamina C: Es un poderoso antioxidante que puede neutralizar los radicales libres, ya que estimula la producción natural de glóbulos blancos en el cuerpo. Cabe señalar que los glóbulos blancos son clave para combatir cualquier tipo de molestia o malestar en el organismo. Cuando un patógeno extraño ingresa en tu cuerpo, estos se mueven a través del organismo para encontrar y atacar ese patógeno. Debes saber que el ser humano no tiene capacidad para crear vitamina C por sí solo. Por lo que es un nutriente que se obtiene a través de la dieta (cítricos, fresas, pimientos o espinacas, entre otros), son ingredientes ricos en bioflavonoides que puedes encontrar en algunos complementos nutricionales a base de vitamina C. ACEROL C NUTERGIA 60 COMP
Vitamina D para subir las defensas: Se trata de una vitamina que apoya el incremento de la actividad antimicrobiana mientras disminuye la producción de citocinas inflamatorias. Esto significa que la vitamina D ayuda a tu cuerpo a matar los microorganismos invasores o es capaz de detener su crecimiento. Las citocinas son proteínas producidas por células que pueden crear inflamación en tu organismo. Por otra parte, la vitamina D también aporta beneficios para la salud de los huesos. Es un nutriente fundamental para el mantenimiento saludable y equilibrado del sistema inmunológico. Nuestro cuerpo puede producir esta vitamina a partir de la exposición al sol, por ello se conoce como “la vitamina del sol”. Sin embargo, para muchas personas, esta no es la mejor manera de obtener vitamina D, por las condiciones climáticas del lugar en el que viven o los riesgos de exponerse al sol durante un período prolongado. AQUILEA VIT D+ 30C SUBLING
Zinc para fortalecer el sistema inmunológico: Después del hierro, el zinc es el segundo mineral más abundante en el cuerpo. Es un micronutriente que juega un papel fundamental en el funcionamiento saludable del sistema inmune, debido al apoyo que presta a las respuestas naturales como la producción de anticuerpos y la fagocitosis. Los anticuerpos son las proteínas que produce el sistema inmunológico cuando se encuentra con invasores extraños. En cambio, el proceso de fagocitosis es cuando el sistema celular rodea una célula extraña para atacarla y destruirla. Por lo tanto, el zinc es un mineral que sirve de apoyo al funcionamiento diario de tu sistema inmunitario. Es imprescindible mantener un suministro adecuado de zinc en el cuerpo para ayudar a sentirte mejor. LABCATAL 18 ZINC 28 AMP