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El agua de Mar es el nutriente orgánico más completo de la naturaleza.
Es un suero que no ataca a ningún microbio en particular sino que da a la célula orgánica la fuerza para luchar contra todos ellos.
El agua de mar tiene innumerables beneficios para la salud. Gracias a su elevada concentración en minerales y otros compuestos orgánicos, estimula nuestro organismo y promueve una sensación de bienestar general.
El medio interno de nuestro organismo y el agua de mar cumplen en suma las mismas funciones, uno en relación con las células, otro en relación con los microorganismos del ecosistema marino. Y uno y otro precisan de un adecuado equilibrio capaz de mantener las condiciones físico-químicas acorde con el desarrollo de la vida.
Los dos son por tanto medios minerales cuya homeostasis y estructura química son el fruto de una precisa regulación biológica. Es más, todos los análisis muestran que sus composiciones respectivas son casi idénticas. Y es que el agua de mar no es agua con sal.
Es agua que contiene los 118 elementos de la tabla periódica en su forma orgánica y biodisponible. Se trata por tanto de un auténtico suero fisiológico capaz de satisfacer totalmente las necesidades minerales de las células en todos los seres vivos.
Muchísimos estudios científicos y multitud de investigadores que han dedicado su vida a estudiar las propiedades del agua de mar, sostienen que la sopa marina debe ser considerada un recurso hidratante y el nutriente más completo de la naturaleza.
El aporte mineral que ofrecen los alimentos –frutas, verduras, carne, pescado…- se ha degradado en los últimos años en cantidad y calidad, debilitando el sistema inmunitario del ser humano y creando diversas sinergias nocivas para el organismo.
Sin embargo, existe en la Tierra una segunda cadena alimentaria, que puebla de forma natural los océanos, y de la cual se pueden extraer los nutrimentos minerales, entre otros, que no ofrece la alimentación industrial.
El fitoplancton, la biomasa más importante del planeta, modula, gracias al proceso de fotosíntesis bajo la acción del sol, todos los minerales existentes y los transfiere al agua de mar. El zooplancton se alimenta de este “huerto biológico marino natural” creando a su vez una masa de elementos biodisponibles para el organismo humano, gracias a la biocenosis marina, que transforma los elementos minerales no biodisponibles en elementos minerales biodisponibles.
Los minerales promueven un estado de salud, energía y vitalidad.
Los minerales son nutrientes esenciales para nuestro organismo, tanto como nuestra necesidad de oxígeno para mantener la vida.
En el cuerpo humano, solo el 5% del peso es materia mineral, la cual es vital para todos los procesos mentales y físicos, así como para el bienestar total.
Los minerales son muy importantes para mantener todos los procesos fisiológicos, siendo además componentes de los dientes, huesos, tejidos, sangre, músculos y células nerviosas.
El plasma marino es denso en minerales esenciales para el organismo humano: como el magnesio, el calcio, o el potasio en una mayor concentración; y manganeso, cobre, litio, vanadio o zinc como elementos minoritarios o elementos traza.
Desarrollada por el biólogo y fisiólogo francés René Quinton, a finales del siglo XIX, la terapia marina es una técnica de nutrición celular global, avalada por más de cien años de clínica hospitalaria, que demuestra una gran eficacia en el tratamiento de enfermedades en el ámbito de la gastroenterología, la odontología, la pediatría, la ginecología, la medicina deportiva, la oftalmología, la fisioterapia respiratoria, la reumatología, la endocrinología, etc.
La incorporación de la Terapia Marina de Quinton a la vida cotidiana tiene un efecto muy positivo en la salud, estado físico y calidad de vida de las personas de cualquier edad, gracias al aporte de sales minerales biodisponibles y oligoelementos naturales, que contribuyen a la salud orgánica a través de la renovación celular y de la nutrición celular completa.
René Quintón observó que los seres humanos somos un “acuario marino viviente” en el que las células nacen y viven bajo las mismas condiciones acuáticas que aquéllas donde surgió la célula primitiva, hace millones de años, y descubrió que la vida animal, nacida en el mar, tiende a mantener las condiciones de sus orígenes, a pesar de las variaciones durante el tiempo, definiendo la enfermedad como una alteración de ese medio primigenio fundamental.
Quinton tenía claro que, para vencer a la enfermedad, todo lo que había que hacer era reforzar el medio interno de la persona, que no deja de ser esencialmente agua de mar isotónica.
Por eso nuestros fluidos internos son salados: orina, sudor, lágrimas… Al tomar agua de mar nuestro medio interno recupera su poder. Y en un medio interno correcto ya no hace falta perseguir a los microbios nocivos, porque allí ellos simplemente no pueden prosperar. El suero marino da fuerza biológica a la célula para oponerse a la mayoría de las enfermedades.
Finalmente, con sus investigaciones, Quinton había conseguido demostrar los beneficios del agua de mar en la salud.
“El medio marino es el ecosistema más grande del planeta, donde se originó la vida”.
Esta formulación, llevó a René Quinton a basar su teoría científica en una premisa universal: el agua de mar, rebajada a la isotonía, posee una composición química similar a la del plasma sanguíneo. A través de esta idea, Quinton constituyó su terapéutica básica: reconstruir la célula dañada por medio del agua de mar.
En 1904, Quinton publicó “L’Eau de Mer, milieu organique”, donde cimentó sus teorías y recogió diferentes evidencias científicas de las virtudes terapéuticas del agua de mar.
¡Desintoxica, oxigena, alcaliniza y nutre tu organismo!
Si tenemos en cuenta que las enfermedades se desarrollan en entornos ácidos, nos será fácil entender que el agua de mar, con propiedades alcalinas, funciona como alcalinizador de nuestro organismo, lo que nos puede ayudar a prevenir enfermedades.
Diversos estudios han demostrado que el agua de mar no tiene efectos significativos sobre la tensión arterial, por lo es apta para personas con hipertensión. De la misma forma y gracias a su inferior contenido en sodio, se recomienda su uso como sustituto de la sal de mesa común.
Podemos diferenciar entre dos tipos de agua de mar para el consumo humano, en función de su concentración en sales minerales:
Agua de Mar Hipertónica:
Con una concentración salina de 33 gr/l. Contribuye a la regeneración de las células.
El agua de mar hipertónica resulta apropiada como complemento nutricional en situaciones de elevado requerimiento electrolítico, en las que se ve alterado el equilibrio hidromineral de nuestras células.
Desde un punto de vista nutricional, en la actualidad, nuestro organismo no puede extraer de los alimentos comunes todos los minerales necesarios para su buen funcionamiento.
Sin embargo, recuperar el equilibrio mineral es un factor indispensable para restablecer el terreno biológico interno, y una buena salud integral.
Esto es posible gracias al agua de mar hipertónica, que aporta la totalidad de los minerales y elementos traza necesarios para la regeneración y nutrición celular de forma biodisponible. Los minerales, compuestos orgánicos y material genético almacenado en el agua de Mar forman una matriz de información biológica que nos ayuda en estados carenciales y detoxificación celular.
En la actualidad, las soluciones hipertónicas son un gran recurso en el deporte gracias a su capacidad en la reposición electrolítica. Debido a que con la excesiva sudoración (en la que se produce una hiperhidratación en detrimento del componente mineral) se podría llegar a pérdidas importantes de sodio y como consecuencia, una disminución del rendimiento físico. En este caso, el agua de mar hipertónica ayuda significativamente a recuperar estos minerales de forma natural.
Agua de Mar Isotónica:
Con una concentración salina de 9 gr/l. Permite equilibrar la nutrición celular.
El agua de mar isotónica es líquido extraído del océano cuya salinidad ha sido reducida con agua de manantial, pasando así de una concentración salina aproximada de 33 gramos de sales por litro a 9 gramos por litro. Así, obtenemos un plasma marino isotónico con una composición mineral prácticamente idéntica a la de nuestros líquidos corporales: lágrimas, sudor, plasma sanguíneo…
El agua de mar isotónica favorece la hidratación y la Re mineralización de nuestro organismo ya que contiene una importante cantidad de minerales (calcio, magnesio, potasio…) y oligoelementos. Es un remineralizarte natural que aporta la mayoría de los elementos que el cuerpo necesita.
A nivel digestivo, es un gran aliado que ayuda a una digestión normal mediante la producción de ácido clorhídrico en el estómago, aliviando así los síntomas de diversas molestias digestivas.
Además, contribuye a la hidratación y nutrición de nuestras células, siendo este un aspecto clave para la salud. El plasma marino da fuerza biológica a la célula, fortaleciendo el organismo en su conjunto.
Por último sabemos que un equilibrio mineral adecuado es indispensable para restablecer el terreno biológico interno y gozar de buena salud. El agua de mar, dada su identidad mineral, y debido al aporte de elementos prebióticos, restablece un funcionamiento celular global.
Podemos decir que el agua de mar es el mejor nutriente celular orgánico, alcalino y biodisponible a nuestro alcance.
Y ahora que sabes cuales son los beneficios del agua de mar para la salud, ¿a qué esperas para incluirla en tu rutina?
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